La gota que colmó el vaso medio vacío

Odio la soledad... pero estoy sola, o más bien, me siento sola. Sola ante la vida y sus problemas, sola ante las circunstancia, sola ante más de una injusticia. Sola. No soy una heroína de cómic ni quien posee la llave de la fortaleza suprema... más bien, todo lo contrario. Soy endeble, llorona, frágil... una niña a la que le gustaría ejercer como tal. Pero no puedo... y estoy sola, me siento sola... muy sola. No soy fuerte ni tengo agallas. Me mantengo en pie por circunstancias que ni yo misma entiendo. Sonrío, pero sólo  por fuera, no es más que fachada... Tengo más responsabilidades que soluciones y más miedo que ideas. El mundo que me rodea es demasiado grande y mi control sobre el mismo del tamaño de una lenteja. No tengo metas, ni sueños... quizás sea verdad... he dejado de ser yo. Ya no soy la misma. No tengo ambiciones, ni siquiera pienso en mañana, me da igual lo que suceda... será malo probablemente. Así que, para que adelantarlo. 
No me gusta que  me pongan de ejemplo... ni que me digan lo valiente que soy. ¿Por qué?. Porque no es cierto, no es verdad, es mentira, es fachada. Soy endeble, llorona, frágil... una niña a la que le gustaría ejercer como tal. Una paja en un pajar, una más. Me esfuerzo, lucho, me peleo con el mundo.... sin éxito. Necesito que me protejan y dejar de proteger


Lo vomito ahora... porque una gota ha decidido colmar el vaso.