martes, 2 de noviembre de 2010
El alcalde retrógrado se va de rositas
Que cruz tienen los pucelanos -a los que conozco bien- con el individuo con barba y gafitas que lleva el bastón de mando. Un hombre que se tiene a sí mismo por un semidios y reparte sentencias a diestro y siniestro, permitiéndose la licencia de opinar -más bien insultar- sin que el gran dios de color naranja y sus secuaces condenen sus palabras o le metan el tridente por el culo, a ver si así se mete la lengua en el mismo agujero. No es precisamente Leire Pajín persona grata para mí y no es menos cierto que en lo de persona "preparadísima" (ironía) estoy de acuerdo con el León, pero nada autoriza a este cavernícola retrógrado a juzgar a la mujer por el simple hecho de serlo. Parece no tener muy claro el alcalde de Valladolid que con tetas o sin ellas todos pueden dirigir un ministerio, una consejería, un ayuntamiento o la más insignificante junta vecinal. No es la primera vez ni será la última que este señor se despacha a gusto con sus oponentes femeninas, los comentarios sexistas entán a la orden del día en su abecedario. De hecho, el periódico El País recoge hoy alguno de ellos. Llamó "señorita Pepis" a la ministra de Defensa, mencionó los "morritos" de Pajín y dijo refiriéndose a la que fuera candidata socialista al Ayuntamiento de Valladolid, que podría ser acusado de "violar a la candidata". Perlitas y más perlitas las que suelta este cacique y con las que luego le hará un collar a su esposísima. Seguro que ella sí es una mujer de los pies a la cabeza, porque está calladita, en casa, haciendo las labores que le corresponden: oír, ver y callar. ¿Verdad señor León?
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