Según algunas definiciones que he encontrado por Internet, un ángel de la guarda es "un espíritu que protege y dirige a alguien en particular", "el encargado de velar y cuidar en todo momento de la persona a quien ha sido designado como su protector". Yo, particularmente, tengo la suerte de tener dos custodios -esta es otra manera de llamarlos- uno celestial y otro terrenal. Uno está siempre conmigo, él otro depende de la hora del día. Una gran suerte, sí, pero también una gran responsabilidad. Os aconsejo que cuidéis tanto de quienes velan por vosotros desde el infinito (no apartándolos de vuestra memoria, sonriendo cada vez que los recordáis, queriéndolos como si pudiérais tocarlos), como de quienes lo hacen desde el metro cuadrado de al lado. Yo a veces me olvido de que mi espacio en la tierra tiene vecinos, un vecino, mi ángel de la guarda terrenal. A veces me equivoco y cada vez que esto pasa sus alas pierden una pluma. El día que no haya plumas blancas, no habrá ángel.
esto me parece muy interesante y bonito especialmente los dibujos
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