... la misma que calza y viste...
... aquella que conociste
Igual de divertida, aunque con menos tiempo para hacerlo
Igual de sencilla, igual de amiga, igual, igual, igual... exactamente igual
Soy la del Malibú con piña, la de las chicas Martini que luego se pasó al ron. Esa que prefería La Sala de Julio, las noches en el Xixón, Las Nieves de siempre, los sábados de soledad compartida.
Sigo llorando por todo y riendo al mismo tiempo. Soy yo... yo, yo, yo, yo...
María, Mariajo, Mari, María José, Pepa, Marijose. Varios nombres y un sólo Dios verdadero. Soy yo... yo, yo, yo, yo...
Sigo escuchando Marea cada vez que tengo morriña.
Soy yo, asustada y decidida, una especie en extinción tan real como la vida. La misma. Sigo escribiendo, aunque no sea poesía.Sigo leyendo menos de lo que debería. Aquella que un día pensó que:
Soy yo, asustada y decidida, una especie en extinción tan real como la vida. La misma. Sigo escribiendo, aunque no sea poesía.Sigo leyendo menos de lo que debería. Aquella que un día pensó que:
El tiempo pasa,
vuela,
corre,
galopa al son del viento.
El tiempo forma la vida
y siembra semillas de paja.
Recuerdos...
nostalgia...
el tiempo clava su flecha.
El tiempo pasado,
presente,
futuro.
El tiempo, no importa cuando,
aleja esencias amigas
y apaga con fuego eterno
las más candentes heridas.
María José Alonso. Hace mil años
Que no se empeñen los necios en afirmar lo contrario.
Que no juzguen aquellos que ahora se han puesto una máscara.
Soy yo, aquella y esta, la de hoy y la de mañana, la de antes, la de siempre.
María
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