Alicia en el País de las Maravillas

Reflexión: ¿cómo sabe una persona que sigue el camino correcto?, que lo que hace es realmente lo que quiere hacer, que donde está es realmente donde quiere estar. ¿Cómo puede saber alguien que no se está equivocando?, que al trazar con el dedo índice la ruta de su camino no tembló, titubeó y el trayecto se desvió de forma irremediable hacia una senda alternativa, quizás semajante, pero nunca igual, hacia una realidad paralela en la que no es ella misma. Quizás, al otro lado del espejo se encuentre el País de las Maravillas, esperando que una Alicia demasiado perdida encuentre la ruta a seguir. Quizás no haya conejo guía ni un Johnny Deep algo trastornado, pero allí, tras el cristal puede encontrarse la verdadera felicidad. O quizás, una decepción todavía más grande... Porque lo que fue nunca volverá a ser y lo que será no lo hará como lo fue. En definitiva, Alicia más perdida que nunca se ha topado con la madurez, el demonio de los mayores, el que se come a Peter Pan. Alicia desorientada palpa a ciegas el presente esparando encontrar en él vestigios de su pasado para forjar, así, un futuro atrayente.

Hecho de menos ser quien fui, para que voy a negarlo. Me gustaba más antes, cuando era ilusa, camicace, feliz.